Me llamo Stefano Laforgia y comencé a organizar cursos de bondage en Roma desde 2006. Desde el principio, mi enfoque en la organización de los cursos y en la enseñanza se ha caracterizado por dar el mayor espacio posible a la práctica y las repeticiones de los ejercicios para permitir a los alumnos memorizar correctamente las ataduras. Ya los primeros cursos que organicé tenían una frecuencia semanal y una duración de seis lecciones porque consideraba que era necesario combinar el aprendizaje durante las lecciones con ejercicios y práctica en casa para realmente desarrollar una memoria muscular y una fluidez y dominio de los movimientos. El bondage japonés, al igual que muchas otras prácticas que requieren la ejecución de movimientos coordinados y la interacción entre dos personas, por ejemplo, artes marciales, danza, es una disciplina que requiere compromiso y práctica para poder progresar. Cuando fundé la Escuela en 2011, tenía bien claros estos dos requisitos para su organización. Así, se estableció una Escuela con lecciones semanales que se convierten en una cita fija disciplinada para aprender y mejorar. Además, los alumnos son incentivados a practicar de manera autónoma durante el resto de la semana. Las clases se convierten en un momento de encuentro para conocer personas con las que compartir esta pasión durante el resto de la semana.
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